Ninguna madre debería pasar su vida buscando los restos de sus hijos.
No hay dinero, reconocimiento ni discurso político que pueda mitigar ese dolor. Sin embargo, en nuestro país, las madres se ven obligadas a convertirse en investigadoras, forenses y excavadoras, mientras quienes deberían realizar esa labor están ocupados celebrando logros superficiales.
Hace apenas unos días, el gobierno festejaba con bombo y platillo la supuesta eliminación de aranceles, como si eso resolviera todos los problemas del país. Como si fuera una estrategia pensada para los tres años que estará Trump (además de que este personaje cambia de opinión constantemente).
Eso sí, qué eficientes son cuando se trata de colgarse medallas o de movilizar recursos para quedar bien, ¿verdad? Pero cuando se trata de atender la verdadera crisis que vivimos, se esconden detrás de excusas y discursos vacíos… o simplemente culpan a otros.
Mientras tanto, en Teuchitlán, Jalisco, se descubría el Rancho Izaguirre, un presunto centro de exterminio utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este lugar, de aproximadamente 10,000 metros cuadrados, contaba con tres hornos crematorios y evidencias de entrenamientos forzados, revelando la magnitud del horror que enfrentamos.
Este hallazgo no fue gracias a una gran operación policial ni a la eficiencia del gobierno. Fue posible gracias a la incansable labor del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes, alertados por una llamada anónima, acudieron al lugar y encontraron evidencias de hornos crematorios, fosas y restos humanos.
¿Y las autoridades? Bien, gracias. Esas mismas autoridades que en búsquedas anteriores “no habían detectado nada”. ¿De verdad no sabían nada? ¿En serio? ¡Qué barbaridad!
Aunque las autoridades aún no han proporcionado una cifra exacta de víctimas, la cantidad de restos humanos y pertenencias personales encontradas sugiere que el número de personas asesinadas en este lugar es alarmantemente alto.
Jalisco lidera las estadísticas de desapariciones y fosas clandestinas en México. Durante el gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, se registraron 6,419 personas desaparecidas en solo cuatro años, de un total de 13,600 reportadas desde 1964. Además, cerca de 2,000 cuerpos han sido recuperados de fosas clandestinas en el estado, de los cuales la mitad siguen sin ser identificados.
El CJNG ha desarrollado sofisticadas estrategias de reclutamiento, utilizando ofertas de trabajo falsas publicadas en redes sociales y plataformas de empleo para captar a jóvenes vulnerables, especialmente aquellos en situaciones económicas difíciles.
Muchos de estos jóvenes, atraídos por la promesa de dinero fácil y una vida de lujos —alimentada por una cultura que glorifica al narcotráfico— terminan atrapados en una espiral de violencia y crimen.
Lo más alarmante es que, en un país donde la falta de oportunidades es evidente, se implementen políticas que parecen recompensar más a quienes no estudian que a aquellos que se esfuerzan por superarse académicamente.
Este desequilibrio no solo perpetúa la desigualdad, sino que también facilita que el crimen organizado encuentre mano de obra dispuesta a todo por escapar de la pobreza.
Mientras tanto, nuestros líderes políticos parecen más interesados en montar espectáculos mediáticos que en enfrentar la realidad. Jorge Álvarez Máynez, durante su campaña, se dedicó a vendernos el cuento de un “Nuevo México”, próspero y seguro. Pero mientras él hablaba de progreso, en Jalisco —bajo un gobierno de su partido— se gestaba una tragedia de proporciones inimaginables.
¿Es este el cambio que prometieron?
Es indignante que los partidos políticos continúen eligiendo a sus compadres, amigos o personas adineradas para cargos públicos.
Imagínense, aquí en Tlaxcala parece que no importa tu currículum, sino cuántas fotos tienes en campaña con la gobernadora.
(Vean última foto)
Mientras tanto, algunas de nuestras autoridades en el congreso están más preocupadas por volverse virales en TikTok que por atender las verdaderas necesidades del estado. 🤦🏻♀️
¡No necesitamos funcionarios que busquen volverse influencers! ¡Exigimos servidores públicos que trabajen con seriedad y dedicación para garantizar nuestra seguridad y bienestar!
Hoy, más que nunca, demandamos que nuestras autoridades cumplan con su deber, se pongan a trabajar de verdad, dejen las fotos con el taco en la boca, o los bailes.
Por que ninguna madre, ningun padre debería vivir con el alma rota, recorriendo fosas en busca de los restos de su hijo.
Es hora de que aquellos en el poder dejen de lado las ridiculeces y se enfoquen en lo que realmente importa:
proteger y servir a la ciudadanía